Han transcurrido ya dos décadas en que se mantienen en ascenso los casos y muertes por la enfermedad renal crónica (ERC) en algunas partes de las Américas. La prevalencia general en la región centroamericana varía entre 10% y 16%. La mortalidad específicamente por ERC es alta en varios países: Nicaragua (42.8/100 000 habitantes), El Salvador (41.9/100 000 habitantes), Perú (19.1/100 000 habitantes), Guatemala (13.6/100 000 habitantes) y Panamá (12.3/100 000 habitantes). Canadá y Cuba han reportado los índices más bajo de mortalidad por ERC del hemisferioy el de El Salvador es 17 veces el de Cuba.[1]
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