Cuando en 1981 un grupo de científi cos cubanos, entrenados por colegas finlandeses, aislaron exitosamente grandes cantidades de interferón humano leucocitario, nacía la biotecnología cubana.
En la década siguiente y como respuesta a una inversión de mil millones de dólares del gobierno cubano, en La Habana y sus alrededores se fundaron 52 instituciones de investigación científica con el propósito de desarrollar vacunas, terapias y otras aplicaciones médicas que satisficieran las necesidades del Sistema
Nacional de Salud.
La estrategia —basada en el enfoque de “ciclo cerrado”[1] en el que investigación, desarrollo, producción, ensayos clínicos, comercialización y vigilancia post-comercialización son coordinados por un solo instituto de investigación en cooperación con otros— tiene como primera prioridad el suministro de soluciones
efectivas para los problemas de salud más acuciantes en Cuba.
Su segunda prioridad fue, y sigue siendo, generar ingresos a partir de las exportaciones, ingresos que son en gran medida reinvertidos en investigación y desarrollo y en infraestructura, de modo que, con el tiempo, la industria se independice del fi nanciamiento gubernamental.
El ABC de los ensayos clínicos en Cuba
Published: May 7, 2017
Loading...
Loading...