Dementia is a great challenge to public health in Cuba due to its impact on society and families. Cuba’s National Intervention Strategy for Alzheimer Disease and Dementia Syndromes is designed to address this challenge. The Strategy includes working guidelines for primary and secondary care, education about rights of people with cognitive impairment, professional development, research, and health promotion and dementia prevention. An associated action plan, focused on primary care, includes proposals for creation of memory clinics, day centers and comprehensive rehabilitation services for cognitive stimulation. Short-term measures proposed include increasing early detection; creating a dementia morbidity and mortality registry; promoting professional training; providing support for families; and promoting basic and clinical research on dementia. Medium-term proposals aim to reduce dementia incidence and mortality by controlling risk factors and promoting healthy lifestyles, offering new treatment options and optimizing early detection. A set of indicators has been developed to evaluate strategy implementation. With this strategy, Cuba joins the small number of developing countries that have responded to WHO’s call to improve care for patients with dementia and alleviate its impact on society and families.
KEYWORDS Dementia, Alzheimer disease, aging, national health programs, social stigma, primary prevention, health promotion, civil rights, Cuba
INTRODUCCIÓN Con el envejecimiento poblacional se incrementa el número de personas con enfermedades crónicas, discapacidad, fragilidad y dependencia. Es importante el estudio de la fragilidad —un síndrome clínico que se asocia al incremento del riesgo de caídas, discapacidad, hospitalización, institucionalización y muerte— para mejorar la práctica clínica y los indicadores de salud de la población.
OBJETIVOS Estimar la prevalencia de la fragilidad y sus factores de riesgo, determinar la incidencia de la dependencia, estimar el riesgo de mortalidad e identificar los factores predictores de la muerte en una cohorte de adultos mayores en las provincias de La Habana y Matanzas, en Cuba.
MÉTODOS Se realizó un estudio longitudinal prospectivo de puerta en puerta entre junio de 2003 y julio de 2011, para lo cual se empleó una cohorte de 2 813 adultos de 65 o más años provenientes de los municipios seleccionados de las provincias de La Habana y Matanzas; el seguimiento promedio fue de 4.1 años. Las variables independientes incluyeron aspectos demográficos, factores conductuales de riesgo e indicadores socioeconómicos, enfermedades crónicas no transmisibles (hipertensión, ictus, demencia, depresión, diabetes, anemia), el número de comorbilidades, y el genotipo APOE ε4. Las variables dependientes fueron: fragilidad, dependencia y mortalidad. Los criterios de fragilidad fueron: lenta velocidad de desplazamiento, agotamiento, pérdida de peso, poca actividad física y declinación cognitiva. Se estimaron la prevalencia y el riesgo de fragilidad mediante la regresión de Poisson, a la vez que la dependencia y los riesgos de mortalidad y sus pronosticadores se determinaron mediante la regresión de Cox.
RESULTADOS El síndrome de fragilidad tuvo una prevalencia de 21.6% (IC 17.9%–23.8%) en la población estudiada, y se asoció positivamente con la edad avanzada, la anemia y la presencia de comorbilidades (ictus, demencia, depresión, y tres o más enfermedades físicas limitantes). La prevalencia de fragilidad estuvo inversamente asociada con: la pertenencia al sexo masculino, tener mayor nivel educacional, estar casado o tener pareja y contar con mayor número de bienes y servicios en el hogar.
La incidencia de dependencia durante el seguimiento fue de 33.1 por 1 000 personas por año (IC 29.1–37.6) y la mortalidad fue de 55.1 por 1 000 personas por año. El mayor riesgo de muerte se asoció con: la edad avanzada, pertenecer al sexo masculino, tener menor posición ocupacional durante los años productivos, la dependencia, la fragilidad, la demencia, la depresión, el ictus y la diabetes.
CONCLUSIONES Debido al desafío que representan las transiciones demográfica y epidemiológica para los países en desarrollo, expresado en la alta prevalencia de la fragilidad, la dependencia y las enfermedades crónicas no transmisibles en los adultos mayores, así como por la asociación de todo lo anterior con una mayor mortalidad, es necesario que la atención se centre en los adultos mayores como grupo de riesgo. Esto debe abarcar una mayor protección social, servicios de salud adecuados según la edad y la modificación y el control de factores de riesgo cardiovasculares.
PALABRAS CLAVE Fragilidad del anciano, fragilidad de los adultos mayores, edad avanzada, ancianos, dependencia, mortalidad, enfermedades crónicas, demencia, enfermedad de Alzheimer, factores de riesgo, mama, sistema reproductor femenino, fertilidad, Cuba