Publicado en línea en The Lancet el 16 de octubre, 2014 y traducido al español con permiso.
Inglés disponible en: http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(14)61679-2/abstract
En las últimas décadas, América Latina ha incorporado importantes políticas e iniciativas estratégicas en materia de salud y desarrollo con la activa participación y apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros socios. A medida que se consolidan los procesos democráticos en la región, con el aumento de la descentralización y una mayor inclusión social en la toma de decisiones, la demanda social por equidad en el acceso a servicios de salud es cada vez más grande y estructurada, en concordancia con los principios de la Constitución de la OMS de 1948: “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano…”[1]