La Atención Primaria de Salud (APS) constituye el pilar esencial del sistema universal de salud pública de Cuba. Los equipos integrados por el médico y la enfermera de la comunidad, los policlínicos comunitarios, los hogares maternos, los centros de salud mental y los centros de día para adultos de la tercera edad forman parte de una red de más de 12 000 instalaciones dedicadas a resolver aproximadamente el 80% de los problemas de salud de la población, complementados por unas 200 instalaciones en otros niveles de atención.[1] Las personas y las instituciones en la APS están al frente de la promoción de salud y la prevención de enfermedades. Su trabajo ha sido fundamental para alcanzar, aún en situaciones económicas difíciles, los impresionantes indicadores de salud de la población que Cuba ha logrado. En el mundo, podrían beneficiarse de esta experiencia, especialmente los países en vías de desarrollo. El propio sistema de salud cubano necesita el poder científico que representa la investigación, incluida la publicación de los resultados de la gestión de salud a nivel de la APS. Esta es una fuente muy valiosa de soluciones a los principales problemas de salud del país —ya sean enfermedades, factores de riesgo y estilos de vida poco saludables, o servicios ineficientes.